Se registraron 24 muertes, repartidas en todos los grupos de edad. No hubo información en el estudio sobre si los pacientes tenían afecciones médicas subyacentes, pero los médicos e investigadores informaron que las personas jóvenes con MIS-C por lo general estuvieron previamente sanas y tenían muchas más probabilidades de estar sanas que el número relativamente pequeño de jóvenes que padecieron enfermedades graves de las infecciones iniciales de covid.
De los 1075 pacientes de los que se tenía información sobre la enfermedad de covid inicial, solo 265 mostraron síntomas en ese momento. Eran más propensos a ser mayores: su edad promedio fue de 11 años, mientras que la edad promedio de aquellos con infecciones de covid asintomáticas fue de 8. Sin embargo, eso podría deberse a que “los niños más pequeños no pueden expresar sus preocupaciones con la misma eficiencia”, aseguró Blumenthal, quien coescribió una editorial sobre el estudio.
“En realidad no sabemos si en efecto hay menos sintomatología en la población muy joven”, concluyó.
Tampoco están claras las razones que subyacen al hallazgo del estudio de que en la primera oleada de MIS-C, del 1 de marzo al 1 de julio de 2020, los jóvenes eran más propensos a algunas de las complicaciones cardíacas más graves. DeBiasi dijo que eso no coincidía con la experiencia de su hospital, donde “los niños estaban más enfermos en la segunda ola”.
El estudio documentó dos oleadas de casos de MIS-C que siguieron a los aumentos de los casos generales de coronavirus durante un mes o más. “El tercer pico más reciente de la pandemia de COVID-19 parece estar conduciendo a otro pico de MIS-C que quizá implique a comunidades urbanas y rurales”, escribieron los autores.
El estudio descubrió que la mayoría de los estados en los que la tasa de casos de MIS-C por población era más alta se encontraban en el noreste, donde se produjo el primer aumento de casos, y en el sur. Por el contrario, la mayoría de los estados con altas tasas de niños con COVID-19 por población, pero con bajas tasas de MIS-C, se encontraban en el Medio Oeste y el Oeste. Aunque la concentración de casos se extendió de las grandes ciudades a los pueblos más pequeños con el tiempo, no fue tan pronunciada como las tendencias generales de la pandemia, dijeron los autores.
Blumenthal dijo que ese patrón geográfico podría reflejar que la “comprensión de las complicaciones de la enfermedad” no había alcanzado su prevalencia en las distintas regiones o que muchos estados con tasas más bajas de MIS-C tienen poblaciones menos diversas étnicamente. “También podría tratarse de algo relacionado con la propia covid, aunque no lo sabemos”, dijo. “En este momento, no sabemos nada sobre cómo las variantes afectan necesariamente a los niños”.
El estudio representó solo los criterios más estrictos sobre MIS-C, al excluir unos 350 casos notificados que cumplían la definición del síndrome de los CDC pero tenían una prueba de anticuerpos negativa o presentaban principalmente síntomas respiratorios. DeBiasi dijo que también hay muchos casos probables de MIS-C que no se comunican a los CDC porque no cumplen todos los criterios oficiales.